Fuente que seguramente debía sevir al ganado y los pastores de la zona, ya que no está en ningún camino ni cerca de ninguna vivienda, como sí lo están las cercanas fuentes de Santa Ana, de la Encina o del Camino de las Ermitas.
Está en el Arroyo Valdegrajas, en la finca Santa Ana de la Albaida. Aparece en el Catastro de 1950 con la leyenda "alberca". Llamar alberca a esto es bastante desproporcionado, es raro que no se le llame fuente, que es bastante habitual.
Está bastante enterrada, pero aún se advierten dos piloncillos, y un pequeño frontal de piedra con un agujero de donde mana un hilillo de agua que encharca el terreno (mayo de 2020).
Para llegar siempre por terreno público, lo mejor sería remontar el Arroyo Valdegrajas, desde Santa Ana de la Albaida, pasando por la Fuente de la Encina. Otra opción, que supone pasar por terreno privado, pero no vallado, es salir por Santa Ana de la Albaida por el Cinturón Verde, para después continuar por un carril que pasar junto a unas colmenas ¡cuidado! Cuando se acaba ese carril, un senderillo se dirige al arroyo y solo quedar remontarlo unos metros.
Ubicación en wikiloc y acceso desde la Barriada Santa Ana de la Albaida
Fotos de mayo de 2020
Descripción de Serafín Parra (año 2004)
Fuente de Cabecita de Clavo:
Este es el nombre que le dan los lugareños, puede muy fácil ser una de las cuatro que D. José Amo, enumera en su lista en la Albaida, por deducción: “la del Agua”. No figura en los Catastrones, a pesar de que al día de hoy aun, de un buen chorrito de agua y de ser y estar en un paraje maravilloso. Consta de una buena pileta, antiquísima y de un frontal, construido de la forma más natural, una piletita, de piedras, del que reboza el agua, hace de caño. Una espesa pero limpia umbría de árboles hace del lugar un sitio acogedor en el estío.
Una vez en Santa Ana de la Albaida, hay que tomar el cauce de Valdegrajas, no confundirlo con el barranco, que nos llevaría a la fuente de Santa Ana, o de la Casilla como se la conoce hoy, subiremos por el cauce unos doscientos metros, topándonos con unas de las fuentes más rústicas y bonitas del Término.