¿Cómo es posible que se mantengan cerrados desde hace unos pocos años docenas de caminos públicos que se habían venido transitando libremente desde tiempo inmemorial hasta que un puñado de propietarios de fincas sin escrúpulos han decidido cortarlos con el expeditivo sistema de montar sin permiso alguno enormes vallas con portones metálicos y grandes candados?

¿Cómo puede pasar que las administraciones continúen haciendo oídos sordos a las incontables denuncias de los ciudadanos, individuales o colectivas?

¿Cómo se permite llegar al extremo de que esos propietarios paguen a esbirros malencarados y sin educación para que asusten a quienes pretendan usar los caminos, bloqueándolos con todoterrenos?

¿Cómo se tolera que esos secuaces lleguen a insultar y amenazar a gritos a quien como yo toma una fotografía de esas barbaridades para presentar una denuncia? (desde una carretera pública como es la de Los Villares, en la puerta del Tiro Olímpico).

¿Cuánto tiempo más se va a permitir que poseer los bastantes millones de euros sea título suficiente para expoliar un patrimonio público como son nuestros cientos de kilómetros de caminos públicos y arrebatarnos por la fuerza el derecho a su uso?

¿Habrá alguna Administración de algún "color" que tenga el valor y la responsabilidad de "coger el toro por los cuernos" en lugar de dedicarse a hacer tantas declaraciones vacías y sin sentido o a culpar a la administración "de enfrente", cuando no a las propias asociaciones y grupos que luchan por recuperar los caminos públicos?

¿Cómo se atreven con este panorama a hablar de capitalidades culturales y similares cuando ni siquiera entienden una de las principales manifestaciones de la cultura?

 

Francisco Rojas Hernández

Córdoba

 

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