Las dificultades que se plantean por la titularidad privada de espacios de especial interés natural es la excusa que se suele alegar para no reconocerse nuevos monumentos naturales. Un grupo de representantes de la plataforma A Desalambrar se reunió esta semana con la consejera de Medio Ambiente para entregarle 15.000 firmas que demandaban la protección del arroyo Bejarano. La consejera sólo abrió la posibilidad de que esta zona se reconociera como reserva natural concertada al ser una zona de titularidad privada. En éste, como en otros casos, la propiedad se convierte en el factor delimitante para que un espacio sea protegido o no, aunque su riqueza sea incuestionable.