Si cree que el caciquismo es cosa del pasado intente darse un paseo por algunos de los caminos públicos de nuestra Sierra, y a no mucho tardar dará con algún energúmeno que le intentará amendrentar o que ha destrozado el camino público inutilizándolo mediante zanjas y acumulación de rocas, escombros, chatarra y vallas.

Casos como el de Villa Alicia y Miguel Zamora (a la entrada de Cerro Muriano) son paradigmáticos, ya que este individuo, ¡antiguo concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Córdoba!, lleva dos años haciendo de su capa un sayo arrasando una antigua vereda pública, cegándola con rocas, somieres, chatarra y ramas taladas no se sabe con qué licencia (ninguna), intimidando a los usuarios (a mí me ha gritado a la cara unas poco probables conjeturas acerca de la profesión de mi anciana madre) y permitiéndose para colmo construir desde cero un nuevo acceso a la finca sobre una parcela de propiedad municipal prevista para el futuro recinto ferial de Cerro Muriano, y todo por supuesto sin permiso alguno (está denunciado por la Delegación de la Alcaldía en Cerro Muriano).

Las denuncias (algunas mías) duermen en algún cajón municipal desde hace dos años y sin trazas de cambio alguno a pesar de la agilidad que tuvieron en la Policía Local en evacuar sus informes, de los que tengo copia y que indicaban claramente el carácter del camino. Nada se sabe de las gestiones de la Policía Autonómica (a la espera de que algún día el Ayuntamiento se digne a contestarles) y de la Guardia Civil.

 

Vereda de la Piedra Escrita "Requiescat in pace".

Francisco Rojas Hernández

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