La última hazaña de la propiedad ha consisto en la tala de tres árboles de gran porte (dos pinos piñoneros y una desmoche parcial de una encina con más de 150 años de edad), forzando la caída de los mismos sobre el camino de Villa Alicia. No basta con meter en el camino una retroexcavadora, si no se ha conseguido el objetivo, que no es otro, que intimidar a senderistas y paseantes varios.
Todo lo viene intentando el propietario de una finca para evitar el paso de senderistas y cicloturistas por un camino público municipal, registrado y reconocido como tal en diversa documentación de carácter oficial. Se ha cortado el paso con una alambrada de espino, se ha intentado borrar literalmente el camino público, se ha llegado incluso a abrir una zanja de punta a punta del camino. Cualquier acción, antes que dejar transitar a paseantes y usuarios de los caminos que cada fin de semana se adentran en la Sierra de Córdoba y alrededores. E incluso, se ha llegado al enfrentamiento verbal entre el propietario de la finca de Villa Alicia y grupos de cicloturistas.