En la marcha de abril de 2010 teníamos como objetvio reccorrer de nuevo la Vereda del Pretorio, que une los puentes sobre el Guadanuño y Guadiato con la zona de Las Jaras, ver en qué estado está, y especialmente reconocer la zona en que se encuentra cerrada por la finca de la Priorita, para efectuar la correspondiente denuncia. De paso, ya que estábamos allí, subiríamos al Cerro Pedro López, un mirador privilegiado de nuestra sierra.
El track de la ruta lo tenéis en wikiloc (pronto en nuestro propio gestor de rutas)
El lugar de partida, el mismo de siempre. Como era domingo de resurrección, la afluencia fue menor que en otras salidas.
Aparcamos junto al puente de Los Arenales
Recorremos la vereda que va junto al río Guadiato, desde el actual puente al antiguo puente romano. Esta vereda está muy mejorada, y ahora es bastante cómoda de andar. El terreno donde se sitúa esta vereda es monte púbilco.
Y así llegamos a donde se unen los ríos Guadiato y Guadanuño y al magnífico Puente Romano, Monumento Nacional.
Aquí iniciamos la subida por la Vereda del Pretorio, que también está en buen estado para recorrerla. Alguna zarza que sale al paso la eliminamos rápidamente.
Llegamos a la Finca La Prioirita. En la semana anterior nuestro secretario estuvo intentando hablar con los propietarios, que parece que estaban dispuestosa escuchar, pero finalmente no se llegó a concretar nada. Por darles una oportunidad, no cortamos la malla que cierra el paso a la vereda, sino que pasamos por encima.
Bonita casa rural que han hecho en la finca
Esta es la otra entrada. Para quien no quiera pasar por dentro, en realidad no es un tramo muy largo el que tendrían que ir por la carretera.
De aquí nos dirigimos a subir al Pedro López, por los caminos junto a la urbanización
Vistas de Las Jaras desde la subida
Y fatigados, porque la subida ha sido complicada -no tomamos el mejor camino-, ya estamos en lo alto del Pedro López.
Bajamos, esta vez sí, por el buen camino. ¡Hay que seguir los hitos de piedras!
Y al llegar abajo, comemos y hacemos reunión tranquilamente. Un conocido que nos encontramos por el camino se ofreció a llevarnos a los conductores hasta los coches, así que no tuvimos que volver andando, que después de la subida algunos ya tenían bastante.