En la ruta de A Desalambrar de diciembre de 2012 de nuevo nos volvimos a juntar casi 80 personas.
La idea era recorrer algunas veredas ya deslindadas, pero que aún son poco recorridas por lo difícil que está identificar su recorrido: la Vereda de la Armenta, la de la Alcaidía, y un tramo de la Vereda de Linares.
Fotos de Julio Guijarro, Abén Aljama y míasEl autobús nos deja en la curva de la carretera en que se cruza con la Cañada Real Soriana, muy cerca del comienzo de la Vereda de la Armenta.
Bajamos al túnel de la vía de tren junto a la Soriana, que es donde comienza la vereda.
Aquí tenemos que recorrer unos metros por la vía de tren
Y nos salimos para bajar a un arroyo junto al que debe estar el Pozo de San Hipólito
Tras cruzar este arroyo la vereda sube junto al mismo arroyo, hasta llegar al Camino de la Armenta, junto al cruce de la vía de tren.
Hay que pasar la cancela, que debe estar abierta, que hay en el camino, junto a la vía de tren.
Al otro lado de la cancela, bajamos por una vaguada, pasando junto a la Fuente del Gallo.
En esta parte el camino está prácticamente desaparecido, con mucha vegetación. Hay que seguir junto al arroyo de la Fuente del Gallo, unas veces por la izquierda y otras por la derecha. Hay que pasar mucho por aquí, para que se vaya formando camino.
Tras un rato bajando como podemos, llegamos a donde se une la vereda con el carril. Seguimos bajando hasta completar la vereda, que se llega a la Vereda de las Pedrocheñas
Continuamos por la Vereda de las Pedrocheñas, por carril ancho.
Justo después de que sale un carril y poco antes del cruce del arroyo Guadalbarbo, sin que sea evidente en el terreno, sale la Vereda de la Alcaidía. Tomamos este camino, guiados por el GPS
Al poco la Vereda de la Alcaidía se convierte en un camino encajonado pero que se pasa bien, precioso.
En una parte hace un curioso zig-zag que tiene explicación, que se salvar una vaguada que hace un arroyo dejando unas perspectivas preciosas.
Seguimos por la encajonada vereda, incluyendo un pequeño despiste mío, hasta salir al cruce con el carril que vimos antes y el camino de la Armenta, muy cerca del Cortijo de la Armenta Baja.
Continuamos la vereda, que ahora va por un lugar despejado, donde a veces plantan cereales. Poco más adelante nos encontramos con un rebaño de ovejas. Es la primera vez que vemos esta especie de animal por aquí.
Tras voler a coincidir unos metros con el carril de la finca y pasar otro arroyo, hay otro tramo con el camino muy poco marcado, pero con una vegetación rala que no impide avanzar casi por cualquier sitio.
Finalmente llegamos al cruce con la Pasada del Pino, que es también cruce con el carril de la finca. A partir de aquí ya es camino ancho y conocido.
Salimos de la finca por esta portezuela
Subimos entre alcornoques buscando el Cortijo de la Alcaidía. Esta parte de la vereda se llegó a amojonar.
Cortijo de la Alcaidía, junto al cual hemos comido tantas veces, y esta es una más.
La comida rápida, que aún nos queda bastante camino. Bajamos por este conocido camino, pasando por esta cancela.
Y llegamos al cruce entre la Vereda de la Alcaidía y la Vereda de Linares. A la izquierda, la Vereda de Linares nos llevaría a Alcolea, al frente sigue la Vereda de la Alcaidía a Córdoba (barrio de Fátima) y a la derecha la Vereda de Linares nos lleva al Santuario de Linares.
Aquí nos dividimos en dos grupos: una parte, que tenían más prisa, se van por la Vereda de la Alcaidía para Córdoba. Los demás seguimos el recorrido previsto por la Vereda de Linares.
Este camino, por la falda de la sierra, está muy bonito ahora. Tnemos que cruzar algún arroyo.
Al fondo el Cortijo de Navalagrulla.
Tras pasar el Arroyo Rabanales, que no llevaba tanta agua como para que fuera complicado pasarlo, se produce una circunstancia en esta vereda: el deslinde oficial sigue recto, subiendo por una fuerte pendiente, en un lugar con mucha vegetación. Sin embargo, dede hace mucho tiempo el recorrido que se realiza es por un carril que sale a la derecha. Tomamos este carril, y nos encontramos con una cancela, abierta.
Por un camino muy bonito bajamos a las inmediaciones de la Ermita de Linares, vemos estos restos de antiguas minas.
Aquí seguimos por un trozo de la Vereda de Linares que pasa junto al Cortijo San José, que tampoco es fácil de seguir, y que sobre el que hay pedida una modificación de trazado. Ya bastante desagregado al grupo, y con algún despiste y caída, llegamos a la antigua N-432 donde íbamos a coger el autobús.
Como todavía queda casi una hora para que el autobús llegara, unos se van a el Cardador de la Sierra a ver si allí pueden tomar un café, otros se quedan a esperar el autobús, y otros optamos por bajarnos andando a Córdoba, por el Arroyo Pedroche.
Pasamos por un subterráneo bajo la carretera
Y por la bonita senda junto al Arrroyo Pedroche llegamos a Córdoba casi anocheciendo.
La ruta han sido 18,60 kilómetros hasta Fátima, y 25,80 kilómetros por el Arroyo Pedroche hasta Colón Ruta en wikiloc (hasta Fátima)
Este es el plano (la ruta, en rosa)