En el plano de 1905 de Luis Cid aparece el Venero Huerta Saldaña, y en la memoria de Mellada e Iznardi (1912) lo describe así:
"En la huerta de este nombre hay dos alumbramientos, uno por galería y otro por pozo. La galería, sita en la parte baja de la finca, cruza el Arroyo de las Piedas, tiene 85 metros de longitud y conduce sus aguas a una alberca, con un caudal de 150 litros aproximadamente, cifra incomparablemente mayor que la de 8,3 aforados en 1905, lo que prueba que este es otro venero de régimen muy inconstante.
El pozo abierto hace poco tiempo en la parte más alta de la finca, en sustitución de otro antiguo se secó, tiene 22 metros de profundidad, con una galería cerca de su fondo, que se hubo de suspender a los 2,50 por la afluencia de las aguas, las cuales se extraen con un motor de gasolina, arrojando más de 100 litros. Las condiciones geológicas del terreno en que se halla este pozo son bastante favorables, pues por él sruza una faja de cuarcitas hojosas, probablemente silurianas, bastante permeables, sobrepuestas a unas pizarrilas impremeables."
En el catastro de 1950 aparece en la Huerta Saldaña un pozo y pila, y cerca algo que parece una alberca. La pila y el pozo parece que están totalmente arrasados. De la alberca quedan escasos restos, que seguramente no durará mucho.
En el plano militar de 1893 parece que se puede leer venero, y otra etiqueta totalmente ilegible
No se menciona este manantial en las tesis de Guadalupe Pizarro ni F. Gamero.
Más arriba, ya en la finca La Castilleja, hay otra alberca, que ahora está convertida en piscina de un chalet, y una noria, de la que no sabemos si queda algún resto