En la memoria de veneros de Mellada e Iznardi (1912) aparece este manantial.
En el libro Las Aguas de Córdoba de López Amo aparece la Fuente del Cerro de Morales en el Bejarano, que podría ser la misma, ya que fonéticamente se parece, aunque no es seguro.
Mellada e Iznardi dicen: A 360 metros al norte de la casa del Bejarano brota entre pórfidos estallando continuas burbujas entre las arenas del manantial. No se seca en verano, pero sus aguas que hoy afluyen con un caudal de 52 litros, se pierden en el reguero por donde se dirigen al Arroyo Bejarano. Como todas las que nacen en rocas graníticas, son de excelente calidad.
No aparece en ningún plano. En las ortofotos, un poco al noroeste, aparece el nacimiento de un regajo que desemboca en el Bejarano, podría ser este el manantial.